Las puertas automáticas se han convertido en un imprescindible para nuestra sociedad. Poco a poco se han instalado en todo tipo de edificios, tanto de servicios públicos, como empresas. Incluso los particulares optan por ellas cada vez con mayor frecuencia. Hoy en Martín Vecino hablamos sobre las puertas automáticas con sensor de movimiento y sus principales ventajas.

Ventajas de las puertas automáticas con sensor de movimiento

La primera de las ventajas de las puertas automáticas con sensor de movimiento es su propia finalidad en sí. Es decir, que gracias a los sensores de los que dispone la puerta, ésta se abra sin necesidad de empujarla ni pulsar ningún botón.

Esto mejora sustancialmente el flujo de personas, así como la comodidad en los accesos.

Por otro lado, el hecho de evitar el contacto con la puerta o con dispositivos de apertura, tipo timbre o botón, minimiza la posibilidad de contagios por contacto. Algo muy valorado hoy en día, especialmente en tiempos de pandemia.

Además de esto, las puertas automáticas con sensor de movimiento funcionan de manera rápida y eficiente. Evitan, por tanto, las esperas en la apertura de la puerta, así como se cierran en el momento que ya no detectan objetos o personas al otro lado.

Esto, permite aumentar la eficiencia energética de los lugares donde se accede, reduciendo el desequilibrio térmico entre el interior y el exterior. Por tanto, se ahorra en el gasto de climatización.

También evitan accidentes en el momento del cierre de la puerta. Si el sensor sigue detectando un objeto, persona o mascota en su rango de acción, evita que la puerta se cierre y, por tanto, posibles atrapamientos o accidentes.

Por todo esto, invertir en puertas automáticas con sensor de movimiento es una gran idea, tanto a nivel particular (vivienda, comunidad de vecinos, garaje…), como de empresa (comercios, oficinas, centros comerciales, restaurantes…) y de instituciones o edificios públicos (hospitales, administraciones, centros educativos…).