En Martín Vecino sabemos que las necesidades en puertas de cada empresa varían dependiendo de factores como su finalidad, emplazamiento, etc. En este post hablamos de las diferencias y semejanzas entre las puertas para refrigeración y congelación.

Qué son las puertas para refrigeración y congelación

Como su propio nombre indica, se trata de puertas especialmente diseñadas para conservar espacios fríos. Dependiendo de la temperatura del espacio a conservar, estaremos frente a puertas para refrigeración (cuando se mantiene sobre 0ºC) o puertas para congelación (temperaturas inferiores a 0ºC).

Aplicaciones de estas puertas

Cuando pensamos en puertas para refrigeración y congelación nos vienen a la mente grandes cadenas de supermercados.

Sin embargo, este tipo de puertas se emplean en muchas ubicaciones adicionales. Es el caso de mataderos e industria cárnica, conserveras, industria farmacéutica y sanitaria, labortorios, restauración, fábricas de alimentos ultracongelados y refrigerados, centros sanitarios, empresas logísticas, etc.

Modelos de puertas existentes

Dependiendo de las necesidades de cada espacio, pueden instalarse diferentes modelos de puertas frigoríficas y de congelación.

Existen puertas correderas, abatibles o batientes, pivotantes, enrollables, de guillotina, rápidas… Prácticamente se puede cubrir cualquier necesidad existente.

Además se fabrican en diferentes medidas y pueden contener elementos accesorios como ventanas para visualizar el interior de la cámara.

Dependiendo de la finalidad de las puertas, si son para refrigerar o congelar, tendrán unas características específicas. Las zonas refrigeradas sirven para conservar los alimentos o productos en condiciones óptimas. Suelen utilizarse para productos que tengan un plazo de consumo corto. En cambio, en la congelación los productos pueden permanecer mucho más tiempo en temperaturas bajo cero.

Ambas cuentan con un funcionamiento rápido y con elementos aislantes que permiten mantener mejor la temperatura interior.

En el caso del espesor de las hojas, es menor en las puertas para espacios refrigerados (generalmente entre 60 y 80 mm). Este grosor puede alcanzar los 100 o 120 mm en las puertas para espacios bajo cero.

Por otro lado, ambos tipos de puertas se pueden fabricar para su apertura manual o automatizada. Por cuestiones de seguridad y eficiencia energética siempre es mejor su automatización.

Como siempre, desde Martín Vecino recomendamos que la instalación de todo tipo de puertas las realicen únicamente empresas certificadas.